BURKINA FASO 1997.
NO SUPE O NO PUDE…
Parece el despertar de un sueño donde las gotas de sudor y el chirrido de los insectos han perturbado mi tranquilidad.
Recuerdo a Sákira… cuando nos contaba como su segundo hijo varón moría ahogado quince días antes de nuestra llegada, entre el barro de la charca que él mismo había construido para recoger el agua de la lluvia.
También los gritos extraños que en una de las primeras noches oía desde mi cama. No lograba adivinar si eran humanos o de animales. Al amanecer todo lo comprendí. Un niño no pudo llegar a tiempo…
Dibujo en el recuerdo la imagen de un enfermo, quizás mental, en el interior de un contenedor de hierro oxidado completamente desnudo, envuelto entre los restos de frutas, rodeado de legiones enteras de todo tipo de moscas, donde nadie a su paso le prestaba ni la más mínima atención.
En el centro de Ouagadougou, observé una escena que me impacto. Cuando me acerqué pude verle la cara, era un muchacho con graves malformaciones físicas, que se arrastraba por el asfalto, apoyándose sólo por la cara interior de las rodillas. Era dantesco.
Quedó en mi memoria la imagen de una joven, en el suelo junto a su hijo al que amamantaba. Miré al que me acompañaba y lo entendí. Una terrible enfermedad…
He intentado guardar para siempre entre mis recuerdos alguno de los instantes que nunca pude o supe fotografiar.
Juan Requena Olivares